¿Quién NOS LLAMÓ?
Esta seria, la gran pregunta de hoy; porque a veces nos movemos por impulsos, y no por conocimiento, yo creo que tendríamos que meditar todos los siervos en esta pregunta, pues a veces metemos a Dios en nuestros problemas, y usamos frases mecánicas que en realidad nunca han existido, por ejemplo: “siento de Dios” “Dios me dijo” ¿Cuándo lo sentí? ¿Cuándo me habló? Si Dios no me lo dijo, ¿Quién me lo dijo?
MEDITEMOS
Servir a Dios (no al hombre) es una responsabilidad muy grande, y solo uno puede servir al que le llamó, si asido la ilusión, servirás a la ilusión, si ha sido el tiempo, es decir; llevo mucho tiempo en la congregación, y estoy mucho tiempo bautizado, ya soy un anciano, entonces ¿Debo por eso predicar? No, solo si Dios te llamó, pero si ha sido el tiempo quien te llamó, servirás al tiempo, y cada día estarás peor en el pulpito, hasta que decidamos retirartirarnos.
EN LA ANTIGÜEDAD
Esto en la antigüedad no era así como hoy, que cualquiera puede si quiere, pues se le exige poco, (pues, un poco de tabaco, o de licor, o de trasnochar, eso se le exige a cualquier cristiano para ser buen padre, y buen marido), pero en la Biblia, AT, y NT, no era así, se exigía que FUERA LLAMADO POR EL MISMO SEÑOR, y eso es lo que esta contaminando a la Iglesia de Dios, pues los mensajes son razonables, no UNGIDOS, y la unción no nace de lo fuerte que gritemos, sino que el que nos llamó, te respalda, y habla a su pueblo, y te aparta para su servicio,
(Cierta vez, cité este pasaje que os voy a relatar, y un obrero en medio de la iglesia me rebatió, diciendo que “no era Jeremías sino otro” y estando seguro yo que era el profeta Jeremías, no quise hacerle afrenta, y deje que el tiempo sea quien justifique o no.)
Jeremías 28: Nos habla de un profeta de Gabaón, llamado, Hananías, hijo de Azur, este habló al pueblo en el “nombre de Dios” sin que este, le dijera nada, y se enfrentó al propio profeta de Dios, y le ridiculizo, pues Jeremías tenia un yugo de madera sobre su cuello, y Hananías, se lo arranco y lo rompió, (verso, 10)y el profeta de Dios se fue de allí, pero antes que saliera de la casa de Dios, este le hablo, y el profeta de Dios volvió, de nuevo y trajo palabra de Jehová, al pueblo y al falso profeta, (verso,15) “Entonces dijo el profeta Jeremías al profeta Hananías: Jehová no te envió, y tú has hecho confiar en mentira a este pueblo. 16. “Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo te quito de sobre la faz de la tierra; morirás en este año, porque hablaste rebelión contra Jehová” 17. “Y el mismo año murió Hananías, en el mes séptimo”.
SI ESTO FUERA ASI HOY PENSARIAMOS UN POCO MAS AL HABLAR
¿Cómo se si soy llamado por Dios a predicar, y no a cantar, a interceder, o ayudar al pastor? La verdad, no lo se, es difícil saber si los demás han sido llamados por unas circunstancias, o por Dios, pero yo lo voy a meditar mi llamado, pues yo creo últimamente, solo me apetece cantarle coros y no predicar, pero veamos algunos puntos que a lo mejor nos sirven.
I Timoteo, 3: 1.
“Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea”.
Veamos; el anhelo y el deseo, esta en la persona, este deseo, te obliga, te demanda, cosas para que pueda Dios usarnos, sin este deseo, no nos vamos a quitar ninguna “inmundicia” de nuestro “interior” solo de nuestro “exterior” pues si solo me llamó el ver a dos hermanos que ellos se levantaron antes que yo, y sentí algo en mi interior ¿Seria la envidia? O ¿seria el Señor quien lo hizo? Y si fue el Señor, ¿Puedo ser tan inútil?
Seguimos; “buena obra”
El servicio a Dios, es para su iglesia, y es una obra, no un mensaje, en los libros de Esdras y Nehemías, el rey Artajerjes I, les envió con todos los materiales, pues los reyes cercanos que pertenecían al imperio babilónico, por orden del rey, tenían que darle materiales y dinero para iniciar las obras, bien; estos dos reformadores, tenia las cosas que un siervo que Dios llamó tiene que tener, que era, el mensaje, y esto lo podemos ver en los dos libros citados, cuando ellos llegan, les hablan, les dan ánimos con la palabra, los coordinan con la palabra, los unen con la palabra, pero también tenían otra cosa casi mas fuerte que la palabra, y era; la gran obra, hablaron, pero trabajaron, y servir a Dios (si es que nos ha llamado) es una “buena obra” no solo es un mensaje, es tu comportamiento “interior” y exterior.
QUE TRATO CONSEGUIR CON ESTA REFLEXION
Que no hagamos las cosas, a la ligera, que no usemos el nombre de Dios (“Dios me dijo” Siento de Dios” etc.) sino que meditemos bien lo que decimos, si ves que no rindes como predicador no sientas vergüenza, simplemente dimitamos, y sirvámosle de otra manera, que no sea predicando o ¿Solo se sirve con la predicación? Pues no; porque el Señor “esta buscando adoradores” siervos que le adoran y sirven en la iglesia, de muchas maneras, no hace falta de subir al pulpito, a disertar sobre temas profundos o doctrinales, sino adorando, cantando, orando los unos por los otros, con toda sujeción,
Pero ¿Cómo puedo servir al Señor, y permitir y hacer injusticia? O ¿Cómo puedo predicar y no adorar? Algo falla, esto no es normal, pues el que ha sido llamado, por el Señor al ministerio, conlleva en si mismo la necesidad de hacer justicia y la adoración, juntamente con la consagración y el ministerio de la palabra,
Predicar no consiste en contar historias, ni siquiera relatar pasajes bíblicos, pues eso lo hacen los políticos y no han sido llamados por Dios, sino a mostrar el camino a seguir, expresar las enseñanzas de la palabra, y la capacidad de aprender la doctrina santa de Dios.
En fin; es algo serio, e importante que sea Dios mismo y no los hombres, movimientos, o cualquier otro motivo,
Nada más que rogar a Dios que no nos deje de su mano, y siga dándonos instrucciones para que no nos perdamos de camino.
Esta es mi reflexión particular, y privada que quiero hacerla publica, en este lugar solo pido a Dios que alguien piense igual que yo, y reflexione también, que Dios os bendiga aunque se de ante mano que los que no han sido llamados por Dios (que son mas) no les va a gustar, (o a lo mejor si)
En Albacete a 12-12-2010
Antonio Demaya